El yacimiento "Castillejo del Bonete" (Terrinches) pudo ser un santuario prehistórico de culto al sol. Los restos conservados están alineados en dirección al punto donde sale el sol el día del solsticio de invierno (22 de diciembre), el día más corto del año y que en la antigüedad se consideraba el día de la renovación del año y de las deidades. No por casualidad, este santuario también fue el cementerio de las gentes que vivieron en la zona durante la Edad del Bronce, hace 3.500 años.
Pero los arqueólogos han descubierto este año algo más sorprendente. En este día del solsticio de invierno el sol sale en el horizonte justo en mitad de la Peña del Cambrón, una gran montaña que, desde "Castillejo del Bonete" se parece a un altar natural destinado a rendir culto al sol.
Existen más casos de santuarios de culto al sol en la Edad del Bronce con una orientación especial al solsticio de invierno, el más conocido es el de Stonehenge (Inglaterra). Las culturas andinas también tenían celebraciones a este culto. En la actualidad en estos lugares se realizan celebraciones “de año nuevo” de gran repercusión turística. No en vano una empresa de arqueología y turismo se ha interesado por el santuario de Terrinches y quiere hacer aquí algo parecido para el próximo solsticio.
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